viernes, 22 de febrero de 2013

Historias de tartamudos en un mundo impaciente


Llegó el momento del "sí, quiero". Javier quería que la frase más trascendente de su vida le saliera entera, sin trabarse, sin el mínimo signo de titubeo que despertara dudas y risas entre los espectadores de la celebración religiosa. Temblaba. Hizo el esfuerzo: respiró, la miró a Soledad, una princesa en ese vestido blanco, y se animó: "Sí, quiero", exclamó. Fue una liberación, pudo dominar su tartamudeo, al menos por un segundo.
La disfluencia o tartamudez es la falta de fluidez en el lenguaje. Quien la sufre tiene bloqueos al hablar (mamá me. dio), repeticiones (c-comer), interjecciones (yo ehh quiero), pausas (má-má), bloqueos revisiones (yo voy.fui) y prolongaciones (beeebé). Todos los tartamudos tienen un punto en común: no son libres para expresarse.
Javier quería que la frase más trascendente de su vida le saliera entera, sin trabarse
La doctora Nora Grañana, especialista en neuropsicología infantil del Hospital Universitario Austral, explica que el origen del trastorno es neurobiológico y que afecta a 1 de cada 10 chicos. En total, el 1.5% de la población mundial es tartamuda. Es más frecuente en varones -por cada 5 tartamudos, hay 1 mujer- y el 80% se manifiesta alrededor de los 4 años.
"Hoy sabemos que hay, por lo menos, 10 genes implicados. Individualizarlos será clave para encontrar la cura y avanzar en la terapia", explica la doctora Beatriz Touzet, presidenta de la Asociación Argentina de Tartamudez.
Ante una emergencia, pueden llegar a ir presos porque no logran articular su nombre
Menciona cuatro pilares del problema. Primero, el trastorno motor: las palabras no salen, porque los músculos de la lengua no responden al comando cerebral. Segundo, los sentimientos y emociones, que influyen en los bloqueos. La tercera pata es el componente lingüístico: fallan los circuitos automáticos del lenguaje; normalmente, sabemos lo que queremos decir y lo decimos. Los tartamudos tienen que automatizar nuevamente esos circuitos, aprender el idioma desde cero. El cuarto pilar es el impacto social.
El problema de Javier empezó alrededor de los 4 años, cuando nació su hermanita. Hoy, a los 27, está casi recuperado. Pero no es el caso de muchos otros adultos que cargan con el estigma.
Para Touzet, un adulto tartamudo es "un sobreviviente". "En una sociedad donde abundan los chistes, tienen miedo a ser segregados. Por eso, se esconden o tratan de disimularlo", reflexiona.
Me trabo desde el ajó
Sobreviven, entonces, como pueden. Ante una emergencia, pueden llegar a ir presos porque no logran articular su nombre. Otros prefieren caminar sin rumbo antes que preguntar dónde queda una calle. No levantan la mano en el colegio o en la facultad.
"Hablar les da pánico", resume Touzet. Relata que suelen pedir helado de limón y no de crema, porque la "c" con la "r" los traba. O van a una pizzería y ordenan empanadas, porque "pizza" no les sale.
Beatriz tuvo pacientes que incluso le tenían terror al ascenso en el trabajo, porque implicaba una mayor exposición en público. La gran mayoría le teme al teléfono. Piensan que si no logran continuidad, del otro lado van a creer que es un chiste y les van a cortar. "Es todo un tema -sintetiza Touzet-. Hasta el vocablo tartamudez es ingrato, porque les cuesta pronunciarlo". Para la experta, la sociedad "no está preparada para interactuar con personas que se traban".
Tratarla pronto, para borrarla a tiempo
Por años, la tartamudez se consideró un "trauma" que a la larga desaparecía solo. Hoy se sabe que cuanto antes se la trate, mejor. Si no, la condición se va fijando con el tiempo en los músculos del habla y en las actitudes. "Hay que intervenir antes de que se termine de desarrollar el lenguaje, es decir, antes de los 7 años", declara Touzet. Superado ese límite, dice que la tartamudez puede mejorarse, pero no borrarse.
¿En qué consiste el tratamiento? Uno de los pilares será conocer los sonidos y practicarlos, como si se estuviera aprendiendo un nuevo idioma. El habla es un engranaje de eslabones coordinados: cuesta arrancar, pero después "camina solo".
Aun después de la terapia, una persona disfluente seguirá trabándose un 20% de las veces. La ventaja es que tendrá las herramientas para controlar los tropiezos.
Sentirse acompañado
Ariel Waintraub coordina grupos de ayuda en la Asociación Argentina de Tartamudez. Él mismo es disfluente. Cuenta en un testimonio que dio para un Congreso que lo operaron dos veces por error y que no lo dejaron pasar a primer grado, porque creían que el trastorno era un impedimento cognitivo.
Ya recuperado, trata de "rescatar" a otros del problema. "En el grupo encuentran un lugar donde contar lo que les pasa. Se dan cuenta de que están acompañados y en confianza", destaca. Los talleres son quincenales y, además de las charlas que surgen espontáneamente, se basan en distintas dinámicas: improvisaciones, bailes, salto a la soga. "Cuando están pensando en otra cosa, su atención no está puesta en cómo van a hablar", indica Ariel. "Hay muchos mitos: que sos nervioso, poco inteligente, que pensás más rápido de lo que hablás. Mucha gente se siente muy sola e incomprendida", advierte.
"Envidiaba a la gente que hablaba bien"
"Me trabo desde el "ajó"", empieza Nicolás Merle. Fue uno de los pacientes más complejos de Beatriz Touzet. Hoy, este arquitecto de 28 años se considera un "activista de la recuperación". Durante años, desfiló por consultorios de fonoaudiólogos y psicólogos que se dieron por vencidos. "Desde homeópatas hasta manosantas, probé de todo", relata.
En sus peores épocas, sonaba el teléfono y como no lograba decir "hola", variaba entre el "sí, hola" y el "¿sí?". Le tenía pánico a la boletería del tren -no quería pedir el ida y vuelta a Retiro- y las novias le duraban menos de un año. "Envidiaba a la gente que hablaba bien", admite.
Su historia dio un giro cuando a los 22 años conoció a la doctora Touzet: "Fue la primera persona con la que pude hablar y distinguir lo que me pasaba. Me dio herramientas para evitar las trabas, como usar frases cortas o hacer pausas. Aprendí a hablar de cero, todo de vuelta, y después de 5 años de tratamiento fui mejorando", cuenta.
Hoy, a Nicolás no lo para nadie: "Estuve 20 años sin decir lo que quería, ahora aguantame". Sigue trabándose, pero lo toma con naturalidad. Compara su condición con manejar sobre el hielo: "Si voy rápido, me descontrolo. Entonces, paro el auto, me acomodo, pienso, pongo pausas, respiro y sigo".
En este sentido, aconseja: "A una persona tartamuda le diría: no te quedes en 'el mundo no me entiende'. Date la chance de hablar y de hacerte entender".

FUENTE: http://ar.noticias.yahoo.com/historias-tartamudos-mundo-impaciente-015800995.html

martes, 30 de agosto de 2011

CÓMO TRABAJAR CON NIÑOS CON ROTACISMO


El 80% de los niños a los 5 años ya pronuncian correctamente todos los fonemas, sin embargo existe una pequeña minoría que todavía no lo tienen superado, ocasionando dislalias. Cuando el niño presenta un trastorno en la articulación del fonema /r/ es lo que conocemos como rotacismo. Me gustaría señalar que el rotacismo en la mayoría de los casos no es debido a un problema físico o psicológico que presente el niño, y tampoco se debe a un problema de retraso congénito. Se trata de que el niño presenta problemas en la colocación de la lengua y del aire, éste es muy necesario para conseguir que la punta de la lengua vibre.

El tratamiento para corregirlo consiste en una reeducación del proceso de articulación y es necesario trabajar la respiración para corregir los defectos que presente el niño. Este tratamiento tiene una duración aproximada de 6 a 12 meses, en sesiones de por lo menos 4 a la semana, eso sí, se necesita tiempo y sobre todo paciencia. Es importante que el niño realice los ejercicios al menos después de 2 horas de haber comido.

Los ejercicios que podemos trabajar cuando un niño presenta rotacismo para solventar la dificultad que presentan son:

En primer lugar comenzamos realizando ejercicios de respiración.

1.

Le decimos al niño que inspire lentamente por la nariz, a continuación lo retenga durante unos segundos y finalmente lo expulse violentamente moviendo los labios, eso sí tiene que intentar que su lengua vibre al expulsar el aire. Repetimos el ejercicio varias veces.

2.

Inspirar lentamente por la nariz, levantando los brazos, aguantamos unos segundos, y lo expulsamos bajando lentamente los brazos.

A continuación realizamos ejercicios para mejorar la movilidad de los órganos articulatorios, es decir, ejercicios de praxias.

1.

Colocar la lengua en el paladar e imitar el sonido de la moto: rrrrrrr-on, rrrrrrrr-on.
2.

Chocar la punta de la lengua con los dientes de la mandibula superior y sacarla con la mayor fuerza posible.
3.

Volvemos a realizar el ejercicio anterior ejerciendo un poco de presión con los dedos en las mejillas.
4.

Sacamos y metemos la lengua varias veces chocándo la punta con los dientes de arriba.
5.

colocamos la punta de la lengua en el paladar y lo vamos recorriendo, y al sacarla tenemos que chorarla con los dientes de arriba de forma veloz.

Señalar que estos ejercicios se deben repetir varias veces.

Realizados los ejercicios de respiración y praxias, pasamos a los ejercicios de pronunciación.

1.

El niño tiene que ir pronunciando las siguiente sílabas:

rrrrra-rrrrra-rrrra-rrrra-rrrra; rrre-rrre-rrre-rrrre; rrrir-rrrri-rrrri-rrrri-; rrrro-rrrro-rrrro-rrrro, rrrru-rrrru-rrrru-rrrru
2.

Le colocamos una serie de palabras que tiene que ir leyendo, por supuesto estas palabras contienen el fonema /r/.

rana arma arrrrr

reno ermita errrr

rima irrr irse

rosa Hormiga orrrr

ruido urrrr urrrr
3.

Presentamos unas láminas con dibujos y mientras le vamos pasando las láminas, tiene que ir pronunciando el nonbre de esos dibujos; claro está, que la palabra que representa el dibujo contiene el fonema /r/. Por ejemplo: un caramelo, una rosa, un ratón, una naranja....

Es importante también trabajar la discriminación auditiva para que así el niño vaya reconociendo auditiva mente el fonema a tratar. Algunos de los ejercicios que podemos realizar son:

1.

Le vamos pronunciando al niño una serie de palabras y tiene que pronunciarlas lentamente y a continuación clasificarlas según el sonido /r/ o /l/. Por ejemplo:

carro calo R L

morro molo

pelo perro

lata rata
2.

Colocamos varios dibujos y palabras, las cuales se corresponden con esos dibujos, y el niño tiene que señalar el dibujo que corresponda a la palabra pronunciada por nosotros, y a continuación tiene que unirlo a su palabra.

FUENTE: WWW.GUIADEPSICOLOGIA.COM

Fichas de recuperación de dislalias. CEPE. Madrid

F.D.O. Mª INMACULADA LLANOS GARCIA

MAESTRA DE AUDICIÓN Y LENGUAJE D.N.I. 79260194D

http://perceianadigital.com/index.php/pedagogia/500-como-trabajar-con-ninos-con-rotacismo

ROTACISMO

El rotacismo es un problema de dislalia selectiva, es decir, la incapacidad de pronunciar correctamente algunos fonemas, en este caso al fonema /r/. El rotacismo es muy habitual en los niños menores de cinco años, problema que con el tiempo se puede solucionar gracias a la adquisición de una audición más precisa, que les enseña a aplicar las pronunciaciones en su lenguaje. A partir de los 5 años se considera que un niño debería pronunciar bien todas las letras.

En caso contrario, podría estar presente una dislalia selectiva. El rotacismo o la incorrecta pronunciación del fonema /ɾ/ o /r/ es una de los más comunes, ofrecen un mayor grado de dificultad, junto a la /d/ y a la /z/, por lo que si se detecta este problema u otros como la dislexia, es conveniente hacer una visita al especialista.

Es muy importante que los niños pronuncien adecuadamente todas las letras del abecedario cuando alcanzan los 5 años de edad, este es el momento en el que en teoría empiezan a aprender a leer, y para reconocer esta letra en la lectura necesitan conocer su pronunciación, de lo contrario la lectura será algo incomprensible dando lugar a varios errores.

El rotacismo se debe a la mala colocación de la lengua que, junto al aire que se sopla impide originar el sonido adecuado. También podría deberse a un problema generado por el frenillo lingual o labial, o algún otro defecto físico, en este caso el tratamiento puede ser más complicado, por eso, ante la evidencia de una mala pronunciación, es necesario visitar al especialista para que haga un diagnóstico.

La solución al rotacismo causado por el primer problema mencionado es sencilla, basta con una visita al logopeda, que realizará con el niño unos ejercicios. El tiempo necesario para superar este trastorno del lenguaje es desconocido, todo depende del niño, del logopeda, del entorno, etc. Conocemos casos que no han necesitado más de una semana, y otros que se han extendido varios meses.

Los ejercicios se realizarán junto al especialista y después se deberán continuar en casa, delante de un espejo generalmente, haciendo repeticiones del movimiento que debe hacer la lengua para una adecuada pronunciación, chasqueándola con el paladar superior y arrastrándola hacia el exterior, hacia los dientes.

No hay que obviar este problema en el desarrollo del lenguaje infantil, además de poder instaurarse definitivamente, puede traer consecuencias negativas para el niño que se mantengan en estado adulto, como baja autoestima, tartamudez, dificultar la comunicación oral evitando las palabras que contengan los fonemas problemáticos, etc.



http://pequelia.es/1976/rotacismo/

jueves, 28 de julio de 2011

TRABAJOS DE PLASTICA

CARPETA DE EXPRESION PLASTICA PRESENTADA EN EL CURSO DE EDUCACION INICIAL DE LA ACADEMIA DE ESTUDIOS AMERICANA, GRUPO SALTO(URUGUAY)2010.

lunes, 20 de junio de 2011

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ATTE.: PABLO VILLAVERDE